El secretario de Defensa Jim Mattis dijo el jueves que visitará la frontera de Estados Unidos y México, donde se han desplegado miles de soldados en servicio activo para ayudar a la policía fronteriza debido a la llegada de una "caravana" de migrantes.
El presidente Donald Trump ordenó el despliegue militar antes de las elecciones de medio término, una medida que los críticos vieron como un truco político para movilizar a su base conservadora.
En declaraciones a periodistas en el Pentágono, Mattis dijo que visitaría la frontera este miércoles.
La caravana de migrantes partió desde San Pedro Sula, Honduras, el 13 de octubre y ha cubierto más de 1.500 km hasta el momento.
Al menos otras dos caravanas se han conformado desde entonces, desafiando las amenazas de Trump, que ha denunciado lo que él llama una "invasión".
Los migrantes aún tienen cientos de kilómetros que caminar hacia la frontera y es posible que no lleguen antes del 15 de diciembre, fecha programada de finalización del despliegue militar.
El Pentágono dijo que Mattis estaría viajando a la frontera por un día y que visitaría McAllen, en el sur de Texas.
Una gran pregunta que el Departamento de Defensa aún tiene que abordar es cuánto costará el despliegue.
La misión podría incluir a 9.000 soldados en servicio activo y de reserva trabajando en o cerca de la frontera. Es por lejos el mayor despliegue que Mattis ha supervisado desde que se convirtió en jefe del Pentágono hace casi dos años.
Dijo que el Pentágono proporcionaría actualizaciones de costos "a medidas que se conozcan".
Mattis ha defendido la decisión de enviar a miles de soldados a la frontera, donde principalmente brindarán apoyo logístico, rechazando las críticas de que la medida fue política.